El
cielo se abre. Radiante. Dorado. Mansa
floración. Solo
un hilo atravesando la tierra seca. Tu
voz. Una
hebra de azafrán o un grano de arroz. Mínimo
sustento. En
unas manos vacías, pequeñas. Abriré
bien los ojos. Buscaré
el sonido suave del pájaro enredado en este largo y angosto paso y
doblaré el cielo. Como
en un sueño. Mis
pies recorriendo la orilla del mar. Desnudos. Tal
vez una imagen anacrónica floreciendo entre las yemas de mis
dedos. Retengo
la luz. Para
no perder la cordura. Para
soportar la rutina.
Retener la luz es la mejor forma de soportar la rutina.
ResponderEliminarEs un texto maravilloso. Suave como un rayo de sol.
Me ha gustado mucho.
-Lo dicho Yurena: Hermoso y ágil!!
ResponderEliminarHay que agarrarse de ese hilo que brota de la tierra seca, muy muy fuerte.
ResponderEliminarPrecioso!
Un placer volver a leerte
ResponderEliminarUn texto resplandeciente.
ResponderEliminarMaravilloso.